El pensamiento de hoy hila con las palabras de hace unos días.
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Se nos alerta de volvernos pantano, agua estancada.
El espíritu armoniza, vivifica, ilumina.
Se habla por ello de vivir en la consciencia del alma, para que sean los atributos del alma los que informen nuestro paso por la tierra.
La unión o conexión no es automática: la materia tiene gran poder de atracción, y si no estamos atentos la conexión se rompe.
En nuestra vida podemos desprender miasmas o luz.
El sendero de la luz es muy hermoso y caminamos a Su lado.
«La materia es viva porque está animada por el espíritu. Si el hombre está vivo, es porque su cuerpo físico está animado por el espíritu. Recibe pues esta doble influencia: mientras que el espíritu lo estimula, la materia tiende a paralizarlo, a engullirlo. Es por ello que el hombre debe siempre luchar, y si no está atento, si no está iluminado, se deja llevar por la inercia y se vuelve como un pantano cuyas aguas estancadas son invadidas por multitud de bichos y desprenden toda clase de miasmas. Todos aquellos en los que predomina la materia, que no hacen ningún trabajo espiritual, están también amenazados por el estancamiento. El discípulo, por el contrario, es aquel que abre las puertas al espíritu dándole todas las posibilidades de manifestarse; y el espíritu, que en este momento es el rey, empieza a armonizarlo, a vivificarlo, a iluminarlo todo.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta.Imagen: inicio de la primavera en Madrid