Cada día podemos crear unión o desunión entre las personas, en todos los ámbitos.

Fuerzas poderosas en la humanidad trabajan hacia la unión entre los hombres, superando antiguas barreras.

Pero otras fuerzas insisten en la separación, en la diferencia.

El camino de regreso es largo, el progreso evolutivo muy lento, la salida de la ignorancia solo gradual.

Algunos insisten en el amor universal, en la presencia de Dios en todo y en todos.

Nos ofrecen su experiencia, y nos dicen que nuestro ejemplo puede ser semejante al de Cristo.

Pero la mayoría de los humanos miramos sin ver, permanecemos dormidos, y seguimos en la diferencia, en nuestros pequeños compartimentos estancos.

Ser puros, íntegros y amables con todos lo seres, he ahí un comienzo para empezar a vivir el ejemplo de Cristo.

“Los hijos de los hombres son uno y yo soy uno con ellos”, dice el mantram.

Es doloroso vernos tanto tiempo sumidos en el engaño.

Si estableces contacto con Dios en tu interior, sabrás que Él mora en todos, que Él se ha convertido en los hijos de todas las razas. Entonces no podrás ser enemigo de nadie. Si todo el uno pudiese amar con ese amor universal, los hombres no tendrían necesidad de armarse unos contra otros. Mediante nuestro propio ejemplo, semejante al de Cristo, debemos crear la unidad entre las religiones, todas las naciones y todas las razas”.

Paramahansa Yogananda (1892-1953): “Donde brilla la luz”, p. 69, editado por Self Realization Fellowship. Imagen: “Gundia” (1931), pintura de Nicholas Roerich{jcomments on}