
Nos habla Aïvanhov del camino hasta ser ángeles.
Se refiere también con frecuencia al Evangelio de San Juan, cuando se nos dice “sois Dioses”.
Evidentemente estamos lejos de esa manifestación divina, pero algunos ya llegaron a ella: Buda y Jesús son los ejemplos.
La larga evolución es el camino de regreso a casa, y disponemos ahora de la maravillosa forma humana para poder avanzar a otro ritmo. Es una gran oportunidad.
Nos quedan todavía muchas encarnaciones, pero existe un camino.
Hay indicaciones por doquier: los inmensos cielos, los vastos horizontes, la flecha del arquero, la dignidad de muchas personas.
No hay que correr, pero no debemos retrasarnos.
Se precisa mucho tiempo y sobre todo mucho trabajo antes de obtener resultados en la vida espiritual. Mirad cuántos millones de años necesitan las piedras para convertirse en plantas… Cuántos millones de años necesitan las plantas para convertirse en animales… Y a los animales, cuántos millones de años para convertirse en hombres…
Evidentemente, de un reino a otro el tiempo disminuye, se necesita una cantidad enorme de tiempo para las piedras, menos para las plantas, menos para los animales… y todavía menos para que los hombres se conviertan en superhombres o en ángeles. Porque con cada reino aumentan las posibilidades y las facultades. Aunque el tiempo disminuya, serán necesarios cientos de miles de años antes de que los humanos se asemejen a los ángeles, pero si os ponéis a trabajar conscientemente, podréis acortar este tiempo.
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos (www.prosveta.es). Imagen: “Gesar Khan” (1941), obra de Nicholas Roerich