La vida tiene chispas en la que nos encontramos con estados superiores.

Son los momentos en que contactamos con el alma.

Las personas los recordamos como algo mágico, como de otro momento y lugar, y se produce una ensoñación…

Pero ese contacto es reunirnos con nosotros mismos. Ese contacto es nuestra herencia.

Podemos ir a su encuentro, más y más.

El placer, la felicidad, la dicha, en esta escala la dicha empieza poco a poco a prevalecer.

Todos habéis vivido algunos momentos de alegría, de felicidad… Así pues, buscad estos momentos. Incluso aunque sólo hayáis tenido tres o cuatro en vuestra existencia, o sólo uno, recordadlos a menudo, recordad el lugar, las circunstancias, las personas, concentraos para revivir los mismos pensamientos, los mismos sentimientos, las mismas sensaciones. Poco a poco, tendréis la impresión de que estáis viviendo de nuevo estos estados con la misma intensidad que si estuvieran sucediendo en este mismo instante.

Lo esencial nunca se halla en lo que procede del exterior, sino en lo que sentís interiormente. Buscad por tanto todos los instantes en los que habéis comprendido, sentido la belleza y el sentido de la vida. Que todos estos momentos estén a vuestra disposición para el día que los necesitéis. He aquí un método más de trabajo. Y haced incluso de manera que entre estos recuerdos podáis elegir, porque dependiendo de las circunstancias, de la misma manera que una música es más apropiada que otra, tal recuerdo os ayudará y os aportará más cosas que otro.

Omraam Mikhaël Aïvanhov 1900-86

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