Muchos ámbitos de la vida están invadidos por la palabrería hueca y por los sermones.

En todo el mundo, la mentira sigue siendo un invitado muy presente en los intercambios humanos.

Los políticos prometen un programa y cuando son elegidos hacen lo contrario, con soberbia e incluso rabia contra los que confiaron en su palabra.


Son pobres víctimas de su ego e ignorancia, pero el daño que hacen es profundo.

Este es el estado de la situación en una parte importante de la humanidad.

Jesús nos invitó a ser el ejemplo vivo. La nobleza, la justicia y a honestidad es algo que uno se lleva ganados, con independencia de que otros sigan la senda de la traición y del engaño.

El ejemplo vivo es el que cuenta para la justicia divina, cuya primera regla es la del karma o ley de causa y efecto.

Esa justicia siempre nos alcanza, más bien temprano que tarde.

Y nos sigue susurrando al oído estas palabras: “da un ejemplo vivo”.

«Y es cierto, creen que la educación se mejoran con dinero, con material y con toda clase de instalaciones de estadios, de piscinas, de bibliotecas… No, ¡antes que nada hay que dar un ejemplo vivo! Ésta es la verdadera solución. La instrucción actual se queda en la superficie, en la periferia. La verdadera pedagogía es una pedagogía del centro: si interiormente sois nobles, justos, honestos, aunque no digáis nada, hacéis que los seres a vuestro alrededor sean nobles, justos y honestos, si no, sólo son palabrerías y sermones!”.

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Los esplendores de Tipheret, El sol en la práctica espiritual, tomo 10 de las Obras Completas, página 283, Editorial Prosveta. foto: Parque Natural del Calblanque, Murcia,  9 de diciembre 2013 (Shuel)