«Cada uno de nosotros es una entidad individual que tiene su vida propia. Pero no estamos solos, formamos parte de un conjunto, y la cuestión que se plantea ante nosotros es saber cómo podemos conciliar las exigencias de la vida individual y las de la vida colectiva.

Cada individuo es particular, es la Inteligencia cósmica la que creó esta diversidad de criaturas, y no se debe tratar de nivelarlas ni de uniformarlas. Cada uno tiene el derecho de manifestarse con sus diferencias, su originalidad, pero a condición de armonizarse con el conjunto, como en una orquesta. En cuánto a la forma, a la materia y a la sonoridad, ¡cuántas diferencias hay entre el violín, el violoncelo, el piano, el oboe, la flauta, el arpa, la trompeta, los platillos, el bombo! Pero de esta diversidad nace una armonía perfecta.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: mar de nubes desde La Barranca (Madrid), 31 diciembre 2015