«Una correcta visión de las cosas sólo se adquiere a través de la pureza. Por esto nuestra Enseñanza hace hincapié en la vida pura, tanto en el plano físico como en el plano psíquico.

Todo el destino del hombre depende de la claridad de su «ojo interno», y esta claridad depende de su modo de vivir. En el momento que comete una falta, transgrede las leyes divinas, su visión espiritual se oscurece, ya no es advertido ni guiado, y se extravía por caminos sin salida. Por tanto, a cada uno incumbe tomar conciencia de la relación existente entre su conducta cotidiana y la claridad de su visión. Aquél que decide vivir una vida recta, honesta y noble, se purifica y sus centros sutiles comienzan a funcionar. Es así como, bien guiado y bien dirigido, vuelve a hallar las fuentes, las praderas, los lagos, los pastos y las montañas de su verdadera patria.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Imagen: Ifoulu, Marruecos, 5 de mayo 2016 (cortesía de Jaime Blanco)