En el nuevo mundo que podemos construir surge cada vez con más fuerza el concepto de dar frente al de tomar.

Dando, recibimos, se nos ha dicho en muchas enseñanzas. Dar va desde lo más pequeño a lo más grande, cada cual según su capacidad y sus posibilidades. Podemos dar calor, nuestro tiempo, amabilidad, cariño, inteligencia, oportunidades, medios materiales… Podemos también darnos.

Muchas personas ya lo hacen y ayudan con su ejemplo a que tengamos esperanza en una humanidad que da sin esperar nada a cambio, esa frase bien conocida pero muy difícil de poner en práctica… Y más cuando se da la buena voluntad, cuya energía es muy poderosa.

Tenemos que dejar atrás los viejos patrones de tomar para entrar en la energía acuariana de dar, que nos emancipará pues nos hará poco a poco comprender que todos somos hermanos y que, efectivamente, dando, recibimos.

Cada uno debemos intentar conocer cuál el oro que nos debilita, que impide que recibamos la vestimenta celestial.

La vida nos ofrece múltiples posibilidades.

Dando, recibimos. Si desdeñamos los objetos, recibimos la vestimenta celestial. Audazmente levanta tu escudo. Sólo te pido: que el oro no debilite tu fuerza. A Mi Enseñanza no le agrada el oro.

VI, 9, 11- Las Hojas del Jardín de Morya II, Iluminación, 1925, The Agni Yoga Society, N. York. Foto: Residencia para niñas de Anand Bhavan, Howrah, West Bengal, diciembre de 2009