Las palabras que hoy traemos de Krishna en el Bhagavad Gita –”Yo soy el Camino y el Maestro…”– son como las de Jesús cuando nos dice “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.

El camino al que ambos se refieren es el mismo: el del regreso desde la inconsciencia a la plena consciencia.


En la plena consciencia el hombre comprende su filiación divina: mi alma como parte del alma suprema.

En esa comprensión reside el fundamento de la Unidad de todo, que los vedantines indios resumían en esta expresión: “cuando te hiero, me hiero”.

Las palabras de Krishna y Jesús distan tres mil años, y son las mismas.

Nos invitan a ir al encuentro del amigo, del refugio, de la morada de paz.

Nos dicen, entre líneas que no están escritas, que no hay nada que temer.

Nos hablan del átomo divino que todo lo informa.

«Yo soy el Camino, y el Maestro que en silencio observa: tu amigo, tu refugio, y tu morada de paz. Soy el principio, el medio y el fin de todas las cosas que existen. Soy la semilla de eternidad, el Supremo Tesoro”.

Bhagavad Gita, capítulo 9, sutra 18, versión de Julio Pardilla, editada en Edicomunicación, 1999. Imagen: escena en Mount Abu, Rajasthan, India- 21 febrero 2014 (Koldo Aldai)