Podemos estar atentos a las ondas vibratorias elevadas.
Nos envían estas ondas de contínuo.
Pero es difícil captarlas en el fragor del día al día, en el ruido que nos imponen y que nos imponemos.
Pero los mensajes siguen llegando.
Hablan a nuestra alma, y hablan de nuestra capacidad para vivir de otro modo.
Los mensajes nos dan fuerza, porque nos recuerdan nuestra esencia inmortal.
Pero hemos de estar atentos y dispuestos.
¡Que nuestro pensamiento se llene de vibraciones de lo divino!
Escarpado es el sendero hacia la morada de la fe.
Volved la mente hacia el gozo de la creación,
De modo que podáis exaltar el espíritu,
desechad todo pensamiento trivial y aprestaos
a recibir las ondas vibratorias enviadas por Nosotros.
Las hojas del Jardín de Morya, I (19), 1924 Agni Yoga, N. York. Foto: muchachos en Salgaon, India, 3 mayo 2009