“A través de desiertos, mares y montañas,
Os transportáis en un aliento.
Y allí, nos encontramos frente a frente.
No hay espacio. El tiempo no existe.
Se manifiesta el poder del conocimiento.
   
¿Es fácil remontarse cuando se tienen alas?
Diré que es fácil para los que sienten sus alas.
Mas aquellos para los que la copa de lo mundano es dulce, no vuelan.
Encadenados a su ídolo, a su deleite, ¿dónde volar?
Por la experiencia, aprenderéis la esterilidad de los deseos terrenales.
Es simple, porque todas las cosas son simples.

Remontaos con vuestros pensamientos. Volad por afirmación.
Volad por amor.
Y comprenderéis el gozo de volar.
Y debajo de vosotros permanecerá lejana la sima de la vida.  Y un milagro de colores llameantes irradiará
        cerca del esplendor de la Cruz del Sur.
Todo es alcanzable”

Las hojas del Jardín de Morya, volumen I (La Lllamada), sutra 328, Agni Yoga Society, Nueva York. Imagen: amanecer en Foncebadón (León), el 13 de diciembre de 2015 (El Trasgu de Foncebadón