El Ser se halla perdido y olvidado pero está ahí, oculto tras todas las máscaras y detrás de todo el ruido.
La vida puede ser un camino hacia el reencuentro con el Ser.
Poco a poco nos reconocemos sin máscaras. Aparece entonces un cierto entendimiento, una certeza.
Y desde esa certeza podremos vivir con corazones encendidos, conectados con la Luz.
Al desplegar intrepidez, dais un noble ejemplo
a aquellos que están a vuestro alrededor.
Yo os enseño a afrontar las experiencias de la vida
con corazones encendidos.
Explicaré – estoy acelerando vuestro karma y en el camino
os despojo de todas las máscaras, de forma que podáis ver.
Vuestro poder se acrecienta en la comprensión de otra alma.
Alcanzareis la meta predestinada por Cristo para vosotros.
Las Hojas del Jardín de Morya I, La Llamada, sutra 127, 1924, Agni Yoga Society, Nueva York. Foto: Padre e hija en Trinidad, Cuba, 8 enero 2010