Con frecuencia en estas notas hablamos del sol, que nos da, nos vivifica, nos da luz, que embellece nuestro mundo.

Aïvanhov nos sugiere que vivamos su ejemplo proyectando a todas las criaturas rayos de amor y de luz.

En la práctica encontraremos mil razones para no hacerlo y probablemente no estemos todavía preparados para ello.

¿Cómo encontrar el espacio para amarnos cuándo todavía estamos en el nivel del engaño, de la mentira, de lo falso?

¿Cómo proyectar amor y luz si por dentro no estamos purificados?

¿Cómo amar al otro si nos engaña y le engañamos?

Aquel que se purifica y que vive en comunión descubre un universo paralelo en el que el caos y el ruido ya no son la norma.

Y entonces el trabajo de emitir pensamientos purificadores, vivificadores, resucitadores, se convierte poco a poco en algo habitual, cotidiano.

Así pues, podemos estar en este mundo de diversas maneras: distraídos o atentos.

Desde la atención, podemos trabajar de otro modo, un sol a pequeña escala.

Y entonces enviaremos amor a todas las criaturas, un amor que lo trascenderá todo, que lo limpiará todo.

Y en nuestro interior volveremos a sentir y a vivir la pureza de la niñez.

Observad cómo el sol penetra en la tierra, la fertiliza y ésta se cubre de flores y de frutos. El mundo entero es alimentado gracias a esta penetración de la tierra por el sol. Pero los humanos no han comprendido nada de este gran misterio: tienen ojos, pero es como si no vieran.

El secreto del poder consiste en llegar a penetrar las cosas y los seres con los rayos de la luz y del amor, como lo hace el sol. Un Maestro, un verdadero Maestro toma ejemplo del sol; envía su amor a todas las criaturas para impregnarlas, reconfortarlas. Y vosotros también, si queréis verdaderamente ayudar a los que amáis, enviadles vuestra luz, penetradles con los rayos de vuestra luz imaginando que estáis impregnando todo su ser, todas las partículas de su cuerpo para que sean purificadas, vivificadas, resucitadas. Éste es el verdadero amor.

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta.  Foto: paisaje de Bhutan, 17 mayo 2010