Se nos invita a ser seres de pureza, de bondad, de luz…, así hasta siete ideales.

Hay muchas cosas que podemos hacer en la vida, pero en los ideales de hoy puede resumirse todo.

Toda actividad puede emprenderse con los siete ideales en mente.


Cada uno de estos ideales tiene su opuesto en el mundo y está presente por doquier.

Pero aún así, hemos recibido el regalo de poder optar.

Entre la indignidad y la dignidad, podemos elegir la dignidad.

Y así con cada una de las virtudes.

Viviremos, entonces, en eterna Unión.

«Así pues, concentraos, escoged la virtud que os atraiga más y trabajad con ella. Más tarde trabajaréis también con las demás virtudes, porque debemos llegar a ser perfectos como nuestro Padre Celestial, debemos legar a ser seres de pureza, de luz, de inteligencia, de bondad, de amor, de poder, de belleza…»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Los esplendores de Tipheret, El sol en la práctica espiritual, tomo 10 de las Obras Completas, página 50, Editorial Prosveta. Imagen: atardecer en Atlanta, 13 julio 2013 Olga María Diego)