«¿Queréis ser felices? Aprended a cultivar esta cualidad tan preciosa: la atención. La atención mantiene el amor, mantiene la vida. Prestad atención no sólo a los seres humanos, sino también a los árboles, a las flores que os encontráis en vuestro camino, a las gotas de rocío, a las mariposas, a los insectos, a los pájaros…
Y este consejo podéis aplicarlo igualmente a vuestra vida interior. Porque dentro de vosotros también hay mariposas que revolotean de flor en flor y pájaros que cantan en los árboles. A veces, al abrir vuestra ventana por la mañana, os sentís habitados por presencias invisibles, semejantes a las que pueblan los cuentos de hadas, y es como si brillaran gotas de rocío sobre las flores y las hojas de vuestra alma. Prestad atención a esta sensación, no dejéis que se desvanezca sin tratar de retenerla, al menos durante unos momentos, porque será ella la que pondrá poesía en vuestra jornada.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: pradera en O Couso, Lugo, 18 de mayo de 2016 (cortesía de Javier León)