El invierno ya se va con coletazos de nieve y frío.

Una vez más, se nos invita al milagro del despertar: lo gris se convierte en luminoso.

También nosotros podemos vestirnos con un aura luminosa.{jcomments on}

Es un ejercicio desde dentro hacia afuera: proyectando pensamientos de amor surgiremos nuevos, como la primavera.

Nuestra mente seguirá siendo invadida por los pensamientos habituales, pero podemos cambiarlos.


Observaremos las nubes oscuras que llegan a nuestra mente, las dejaremos ir sin que aniden.

Para esa limpieza necesitaremos silencio absoluto, empezando con una hora cada día.

En una semana de pensamiento limpio, sencillo, amoroso, descubriremos otro universo.

Insistiremos en el silencio y seguiremos en el mundo, pero algo sutil habrá cambiado.

Todos tenemos esa llave mágica.

«Aprended a vivir el verdadero amor, porque no sólo este amor restablece la armonía en todo vuestro ser, sino que ilumina y purifica la atmósfera a vuestro alrededor, y de esta forma, todas las personas que os encontráis empiezan a amaros: junto a vosotros, sin ni siquiera saber la causa, se sienten bien. En realidad, lo que sienten, es una presencia; la presencia de las entidades celestiales que son atraídas por vuestra aura. Porque las entidades celestiales se alimentan de colores puros, y cuando perciben a un ser rodeado de esta luz y de estos colores, acuden hacia él. Éste es todo un trabajo que debéis hacer sobre vosotros mismos con vuestro amor, a fin de formar a vuestro alrededor un aura capaz de atraer todo lo que es verdaderamente bello y luminoso en el universo.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: escolares en Howrah, Calcuta, febrero 2012