Del pensamiento de hoy podemos extraer las maravillosas posibilidades del saludo.

El saludo consciente, que puede ser acompañado de buenos pensamientos y de hermandad.

Ese saludo consciente, repetido a millones en todos los intercambios que tienen lugar hoy en el mundo, como símbolo de una nueva civilización de respeto y de afecto.

Así, cada encuentro volvería poco a poco a devolvernos la dimensión sagrada del encuentro que ya hemos perdido, y que quizás algún día practicaron las deidades que nos precedieron, según las mitologías.

Pero podemos recuperar esa magia, esa posibilidad, en el saludo consciente para además convertirlo, en una vuelta de espiral, también en amoroso.

Es una práctica transformadora: buscando la esencia del otro también nos encontramos.

La derecha y la izquierda… La oposición que se hace tradicionalmente entre ellas en el plano moral, debemos saberlo, no tiene más que un valor simbólico. Sin embargo, es preferible tenerlo en cuenta para ciertos gestos de la vida cotidiana. ¿Por qué? Porque cada vez es una buena ocasión para hacer un trabajo psíquico.

Cuando saludáis a alguien dándole un apretón de manos, tendedle la mano derecha; asimismo, si debéis saludarle de lejos, es mejor también que lo hagáis con la mano derecha, pero sobre todo, en ambos casos, no olvidéis incluir buenos deseos en vuestro saludo. Y cuando tengáis que dar un objeto, es mejor que uséis la mano derecha, y en este caso, hacedlo también conscientemente acompañando vuestro gesto con un buen pensamiento.

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos. www.prosveta.es. Foto: octubre 2009 en Etiopia: el payaso Kili Kili con los niños.