Se nos inivta a cultivar el sentimiento por lo sagrado.

Escribe Borges en su maravilloso relato “Funes el memorioso”: “el presente era casi intolerable de tan rico y de tan nítido”.

Yogananda, en su autobiografía, relata una expansión interior de tal fuerza y alcance que le lleva a la unión con el Uno.

Los místicos han dejado testimonio de muchos encuentros.

El pensamiento de hoy nos recuerda lo sagrado en lo cotidiano.

Quizás, al escuchar el canto del pájaro cada mañana, seremos más conscientes del milagro de la vida.

Thich Nhat Hahn nos lo dice así: “el reino de Dios está en la tierra, aquí y ahora”.
 
«Bajo el pretexto de que ahora es tiempo de mostrar un espíritu crítico y desmitificar las nociones filosóficas y religiosas legadas por generaciones anteriores demasiado crédulas, nuestros contemporáneos han perdido el sentido de lo sagrado, lo que les lleva a dejar al margen las verdades más grandes de la Ciencia iniciática. Esta tendencia es muy perjudicial para su evolución, pues entonces la naturaleza se cierra ante ellos siendo así privados de sus revelaciones. La naturaleza sólo se descubre ante los seres que tienen el sentimiento de lo sagrado. Cultivar el sentimiento de lo sagrado, es encontrar la buena actitud interior gracias a la cual los mínimos detalles de la vida cotidiana toman una dimensión, un color y un sabor insospechados hasta ese momento. No esperéis gran cosa del exterior; incluso si un Iniciado viniera a haceros las más grandes revelaciones, a lo mejor no os serían de ninguna utilidad. Para que realmente encuentren un verdadero eco en vosotros, debéis desarrollar el sentido de lo sagrado.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos Editorial Prosveta,  Imagen: la muralla de Avila, 26 de mayo de de 2015.