El presente y el futuro nos brindan múltiples oportunidades de transformación.

La transformación puede ser profunda y entonces nuestra atención estará cada vez más en lo importante y cada vez menos en lo superfluo.

Quedarse en el pasado puede ser una gran rémora, un ancla que tira de nosotros hacia abajo.

Hay que desprenderse del peso y la marca del pasado para sin renunciar a lo vivido, que es una gran enseñanza, aspirar a vivir libres.

La libertad tiene un componente externo, pero el componente interno es aún más importante. Y depende de nosotros.

Y cada mañana, al despertar, podemos decidir vivir el día con la mayor consciencia y atención, llenos de la energía más elevada.

Es la energía pura que nos llena, nos transforma, nos recuerda quiénes somos.

Cada mañana al despertar, decíos que lo más importante es vivir hoy bien. De alguna forma el pasado siempre está vivo, sigue actuando en vuestro presente pero no tenéis la obligación de cederle el poder. Es al presente a quién debéis darle el poder para que domine al pasado, que lo venza, incluso, para transformarlo.

Cuando el pasado era el presente, era todopoderoso. Ahora que es pasado, está subordinado al presente, y es el presente quien tiene la voz cantante. El pasado se ha cumplido y el futuro está precisamente «por venir». Es el presente el que debe imponer su voluntad con el fin de transformar el pasado y orientar el futuro.

Omraam Mikhäel Aïvanhov (!900-86). Pensamientos cotidianos. www.prosveta.es. Foto: niñas de la residencia de Anand Bhavan, Howrah, India, 24 marzo 2010