«Un cultivador posee diferentes tipos de simientes: los siembra y puede decir, sin temor a equivocarse, que aquí obtendrá lechugas, allí rábanos, etc… Y esto se cumple, porque se trata de un saber fundado en el estudio y la experiencia. En cambio, en sus creencias, muchas personas son como un cultivador que espera cosechar cuando nunca ha sembrado, o que sembró semillas de zanahoria pensando que obtendría puerros. Esperan cosas irrealizables, porque no tienen ni saber ni experiencia. No hay que hacerse ilusiones: sólo se puede recoger lo que se ha sembrado. Si uno se esperaba éxitos y se encuentra con fracasos, es porque no ha sembrado nada, o bien no sembró buenas semillas. Esto se constata en todos los campos, e incluso en los de la vida espiritual. ¿Por qué creéis que Jesús utilizó tan a menudo la imagen del sembrador?»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta.  Foto: el cocinero bhutanés Karma, siempre sonriente, 15 mayo 2010 (corresía de Jorge Tamames)