Los pensamientos también pueden tener espinas, que introducimos en nuestro interior si no somos cuidadosos.
Cada vez más personas son conscientes de que el pensamiento crea mundos, realidades.
Los pensamientos puros, elevados, desinteresados, regeneran el interior, mantienen las células alerta, procuran el contacto con el alma, y a través de ella con el alma universal.
Llenan de fuerza, de propósito, de vida. Son como una conexión permanente con la fuente.
Por eso la práctica de cada hora hacer un minuto simplemente para introducir esos pensamientos de conexión, de recordatorio de quién somos. Para recordar la Unidad, lo sagrado.
La selección es importante. El pensamiento puede ser balsámico hacia adentro pero también hacia afuera.
Y a la práctica un día tras otro, año tras año, ayudará a crear otros mundos. Ayudará a crear miradas amorosas que reemplacen las miradas torvas, hoscas, hostiles con que los humanos nos “alegramos” la vida.
Hermosas posibilidades las que nos da el pensamiento.
Hermosa responsabilidad, en verdad, para crear.
Para la mayoría de los humanos lo esencial es tener éxito material, gozar de todos los placeres posibles, satisfacer sus ambiciones. No se dan cuenta que con semejantes aspiraciones se hunden en la oscuridad y en las limitaciones, y cuando un día descubren que están maniatados, desamparados o enfermos, se sorprenden. No sabían, o no querían saber que, para sentirse libres, felices y en paz, debían haber hecho una selección entre sus pensamientos, sus sentimientos y sus deseos, para escoger únicamente los mejores, los más desinteresados.
Cada día coméis y para hacer comestible el alimento, según los alimentos, les quitáis la piel, las pepitas, el hueso, las espinas, etc. Debéis aprender a hacer también esta selección con este otro alimento que son los pensamientos, los sentimientos y los deseos con el fin de eliminar de ellos todos los elementos de egoísmo, de agresividad y de injusticia. He aquí lo esencial: no realizar nuestros deseos a toda costa, sino buscar cuales son los que merecen la pena de ser realizados.
Omraam Mikhäel Aïvanhov, Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Óleo de Dora Gil: “Luz primera” http://www.doragil.com