«Nunca llegaréis a producir grandes transformaciones en vuestra vida psíquica mientras no hayáis comprendido el secreto mágico de la ley de afinidad. Esta ley de afinidad os dice que cada uno de vuestros pensamientos, cada uno de vuestros sentimientos, al ser de una naturaleza determinada, van a despertar en el espacio fuerzas de la misma naturaleza que ellos, y que estas fuerzas van a dirigirse hacia vosotros. Si estos pensamientos y estos sentimientos son oscuros y malévolos, atraeréis influencias negativas; si son luminosos y generosos, atraeréis bendiciones. Podéis realizar todos vuestros mejores deseos, pero sólo si proyectáis pensamientos y sentimientos de una naturaleza correspondiente a estos deseos. Vuestros pensamientos y vuestros sentimientos determinan absolutamente la calidad de los elementos y de las fuerzas que vais a despertar muy lejos, en algún lugar del espacio, y que, tarde o temprano, llegarán hasta vosotros.
La ley de afinidad es una de las llaves más grandes de la realización espiritual.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta: muralla de Avila, 26 de mayo de 2015