Nuestro mundo se ha vuelto complejo y en muchos aspectos artificial.
Hemos llenado nuestra vida laboral y de ocio de actividades y de movimiento sin fin.
Muchas de ellas son artificiales, forzadas.
Hoy se nos habla de una puerta de la felicidad, la sencillez.
La sencillez en todos los ámbitos, sin caer en la beatería, es esa antigua verdad que hoy nos reiteran.
En esa sencillez encontraremos respuestas.
La Intrepidez es Nuestra guía. La Belleza es Nuestro Rayo de compresión. La Sencillez es la llave que abre las puertas secretas de la felicidad.
Se puede escribir con énfasis sobre la sencillez, porque nada obstruye tanto el camino como la hinchazón del propio engreimiento. Se debe ejercer el máximo esfuerzo para rechazar todo germen del propio orgullo, sin recaer en la beatería. Esto parece ser una antigua verdad, pero es preciso reiterarla. Cada uno debe comprender por sí mismo dónde se encuentra su falta de sencillez.
IV, 4– Las hojas del Jardín de Morya, II, “Iluminación”, 1925, The Agni Yoga Society, Nueva York