Esta es una visita capital en nuestra vida, que tenemos que preparar y alimentar con pensamientos bondadosos y haciendo hueco en nuestros corazones para que esa consciencia quiera habitarnos.
El hombre que ha recibido esa visita ya está en la tierra sin estar en la tierra y colabora con las fuerzas más sutiles.
Todos podemos recibir esa visita pero si no estamos atentos, si nuestro corazón está endurecido, esa visita no se producirá.
¡Hágamos ese hueco en nuestro jardín! Presencias muy hermosas vendrán a visitarnos.
Considera siempre tu mente como un jardín; no dejes que se convierta en una ciénaga pestilente, llena de detestables estados de ánimo negativos, sino que cólmala de la hermosura y de la fragancia de los pensamientos divinos. Si cultivas las celestiales y perfumadas flores de la paz y del amor, la abeja de la Conciencia Crística se adentrará furtivamente en tu jardín. Así como la abeja busca sólo aquellas flores que poseen la dulzura de la miel, así Dios acudirá a ti solamente cuando tu vida se haya dulcificado con la miel de los pensamientos armoniosos.
Paramahansa Yogananda (1893-1952), Donde brilla tu luz, p150. Foto: vista de Coballes, Asturias, cortesía de Xana