Hablar de la evolución es dar perspectiva a la vida.

Es hablar de reencarnación, de oportunidades, del largo camino de regreso a casa.

En ese camino poco a poco vamos recordando y reconociéndonos.

Iremos rechazando lo superfluo, y recordando lo importante.

Y al final del camnino, quizás podamos empezar a entender aquello que se dice en el evangelio de San Juan de que “sois Dioses”.

Hoy lo hemos olvidado, profundísimamente.

Entretanto, el camino es largo, pero puede estar lleno de significado.

Quien ha visualizado la evolución la encarará cuidadosamente, y sacudirá alegremente el polvo del sendero. Lo importante es que no sentirá temor. Al rechazar lo innecesario adquirirá sencillez. No es difícil comprender que evolucionar es siempre hermoso.

Las Hojas del Jardín de Morya II, Iluminación, 1925, The Agni Yoga Society, Nueva York

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