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Somos responsables de nuestro pensamiento, y de nuestra actitud.
Nuestro pensamiento tiene ondas expansivas. Podemos emitir luz u oscuridad, armonía o desarmonía.
Conectados a la fuente divina, la luz es poderosa, sanadora. Ordena todo a nuestro alrededor. Es benéfica.
Es poner en acción la frase de Jesús : “Mi Padre trabaja y yo trabajo con Él”.
Por eso la importancia de controlar lo que pensamos, de medir nuestra actividad mental interna.
La transformación de nuestro pensar es un elemento revolucionario para la transformación del mundo.
Pensamientos limpios, elevados, que construyen.
Podemos contribuir a dañar el mundo o a sanarlo: siempre es nuestra elección.
Es nuestra responsabilidad.
Encontráis que la vida es difícil, y es verdad; que los humanos son a menudo malvados y desagradecidos, también es verdad. Pero ¿acaso es ésta una razón para estar siempre indignado, irritado, y amargado? ¿No os dais cuenta que con esta actitud, es a vosotros mismos en definitiva a quienes estáis dañando? Algunos dirán que no pueden evitar indignarse por el espectáculo del mundo y que, si se hacen daño, no se les puede reprochar porque sólo se están haciendo daño a sí mismos. Pues bien, este razonamiento prueba que no tienen una buena comprensión de las cosas.
Todos los humanos están unidos entre sí, y si estáis tristes, deprimidos, melancólicos, ello se refleja en las personas con las que os encontráis. ¿No queréis hacer daño a nadie? Aparentemente es cierto, no se lo hacéis; pero se lo hacéis igualmente, porque propagáis ondas y partículas negativas. Creéis que estáis separados de los demás, pero os equivocáis: vuestros pensamientos y vuestros sentimientos influyen en vuestros padres, en vuestros amigos, incluso en los animales, las plantas y los objetos a vuestro alrededor. Aquél que se daña a sí mismo, daña también al mundo entero, no es pues más inocente que los demás contra los que se está indignando.
Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos. www.prosveta.es. Foto: niña en la fiesta de fin de curso en la residencia de niñas Anand Bhavan, Calcuta, abril 2010