«El amor comienza por una mirada. Cuando dos seres comienzan a amarse, primero se contentan en expresarlo con la mirada. Como si bebieran el agua de las cimas, su amor es cristalino y puro… No hay mejores intercambios que aquellos que pueden realizarse con la mirada.

Es raro, ciertamente, pero a veces ocurre que nos encontramos con una mirada que no tiene nada de terrenal, una mirada divina cargada de mil cosas tan sutiles que incluso el mas gran poeta no podría traducir lo que contiene. Para aquél que prefiere satisfacciones concretas, palpables, una mirada no es nada, porque no puede tocarla ni sostenerla en sus manos. Pero existen seres a quienes les basta una mirada, y es cierto que se puede vivir sólo con el amor que contiene una mirada.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: la hermosa alameda en la orilla del Río Carrión, en la calzada romana, Carrión de los Condes (Palencia), Camino de Santiago, 13 enero 2016 (Marga Lamoca)