A veces, en medio del ruido, asaltan las dudas o vence el cansancio.

Pero las páginas del futuro se van abriendo, poco a poco, imperceptiblemente.

Cielos azules allá a lo lejos, de una pureza inimaginable.

El camino tiene piedras y esas piedras no son accidentales.

El valor, el trabajo, llevan a la paz.

Todo está previsto en verdad para volver a casa.

Mejor no distraerse en el camino.

Aceptad lo accidental como preordenado.
Todo es previsto por Nosotros.
Cada acontecimiento aparentemente fortuito es una página del futuro.
Laborad con valor, y en paz.

Las hojas del jardín de Morya, sutra 103, 1924 Agni Yoga Society, Nueva York. Foto: las montañas de Bhutan, el 14 de mayo de 2010