El pensamiento de hoy nos invita a estar muy atentos para acoger a las entidades luminosas.

Los momentos de comunión pueden ser fugaces pero también pueden permanecer.

Cuando preparamos nuestro interior para esa comunión, la unión perdura.

Desde la atención entramos en nuestra esencia, desde donde captamos otra realidad.


Cuando hacemos ese espacio, nunca estamos solos.

«Las entidades luminosas no se detienen en aquél que no vibra al unísono con ellas, por esto la inspiración, la alegría y el éxtasis para la mayoría de los humanos no son sino momentos muy fugaces. Para que duren, hay que dar a estas entidades las condiciones que necesitan y preparar todo su ser no sólo para recibirlas sino para retenerlas.

¿Cuál es la causa de que el sabio sea feliz?… Aunque no cierre los ojos ante todas las manifestaciones del mal en el mundo y los sufrimientos que de ello se derivan, siempre está atento al paso de las entidades luminosas y las acoge, les ofrece una morada en su interior. Es consciente de que ofendería al Cielo si dejara perder las riquezas y las bendiciones que derrama sobre nosotros cada día. La gran debilidad de los humanos no es sentir el mal, sino de quedarse ahí recordando una y otra vez lo que es negativo.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: en el camino al Kanchenjunga, Sikkim, India, 7 mayo 2005