Hoy se nos habla de un ideal, que es la perfección divina.

El mundo y nosotros nos adaptamos y conformamos con otros ideales más prosaicos.

En esta semana hay tiempo para pensar en la vida de Jesús, que manifestó en la tierra esa perfección.

Hay un camino, y a pesar de nuestros tropiezos una y otra vez poco a poco podremos recorrerlo más erguidos.

De niños son frecuentes los ideales, que liego se pierden en el fragor de la vida.

Pero el ideal, los ideales, siguen ahí, esperándonos pacientemente.

Y cada vez que uno de nosotros emprende el camino del ideal, hay celebración en lo alto.

El camino del ideal está lleno de flores y perfumado, y el cielo azul brilla por doquier.

Esforzaos en vivir bien hoy, y todo se arreglará armoniosamente para mañana. ¿Teméis perder de vista vuestros objetivos futuros si sólo os ocupáis de hoy? No tengáis miedo. Cuando andáis por un camino, no fijáis vuestra mirada en vuestros pies bajo el pretexto de no perder la dirección, y tampoco la fijáis continuamente a lo lejos, ya que podríais tropezar con un obstáculo o caer en un agujero.

Este método es el que también debéis aplicar en vuestra vida espiritual. Puesto que sabéis caminar en el plano físico, debéis saber también caminar en el plano espiritual. Vigilad vuestros pies, es decir prestad atención a todos vuestros actos del día, es primordial; y dirigid también la mirada hacia vuestro ideal, la perfección divina, con el fin de verificar que no os habéis desviado del buen camino.

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86) , Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta.  Imagen: arco iris alrededor del sol, Mongolia, 19 junio 2007