Llegamos a los últimos días del invierno. La maravillosa primavera asoma.
Las estaciones pasan rápidas, los días se convierten en semanas, las semanas en meses, los meses en años.
Percibimos un día que se nos ha pasado media vida, de que ya estamos en la recta final, y de que seguimos dando la espalda a lo importante.
Todavía hay tiempo para elegir: podemos decidir cambiar nuestra vida de conflicto y de litigio por la vida de la armonía y el equilibrio.
El propósito puede vencer a lo banal.
Hemos recibido el precioso regalo de la vida humana. No lo desperdiciemos. Aprovechémoslo para hacer el bien.
Como dice Ramiro Calle: “Estamos en la vida para ayudarnos. No hay otra cosa que el amor”.
Nuestro compromiso es más importante que nunca.
Foto: hombre pedaleando en Abu Road, Rajhastan, mayo de 2009