«La madera que se utiliza para hacer fuego es una madera que recibe el nombre de madera muerta: ramas apagadas, negras, retorcidas, sin ninguna belleza. Pero cuando arden, ¡cuánta luz, qué esplendor! Estas ramas que hubieran podido permanecer en cualquier lugar abandonadas, inútiles, el fuego las transforma en luz, calor y energía.

Diréis: «Sí, está claro, ya lo hemos comprobado. Pero ¿qué relación tienen estas ramas muertas con nosotros?» Os conciernen porque, simbólicamente, también existen en vuestro interior. También vosotros habéis acumulado montones de madera muerta que sólo espera ser quemada… Todas las inclinaciones egoístas, pasionales, todas las manifestaciones de la naturaleza inferior son como madera muerta. Hacedlas quemar con el fuego del espíritu, con el fuego del amor divino, y ellas también producirán luz, calor y vida.»

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: El Pinar de EL Hierro, isla de El Hierro, 1 de marzo de 2016