El mundo espera cada día que lo descubramos y que nos maravillemos.

Pero lo observamos dormidos, con la rutina acumulada de años, de siglos.

Nos hablamos sin vernos, sin mirar adentro.

“Enfrente tengo un alma que viene de lejos, y yo también vengo de lejos”.

Pero enfrente solo reparamos en el título, en la posición, en la coraza, en lo agradable o en lo correoso.

El velo oculta lo esencial.

Pero los que quitan los velos, todo lo descubren.  

Para ellos el camino ya no está oscuro pues alcanzan a entender el plan de la evolución.

Así pues, de ahora en adelante, si queréis descubrir una verdad que pueda dar, cada vez, un sentido nuevo a vuestra vida, procurad hacer las cosas como si fuese la primera vez. Cada mañana, al despertaros, pensad que podéis volver a descubrir el mundo: comed un pedazo de pan, mirad el fuego, o el agua, o un árbol, o una montaña, escuchad un fragmento musical, contactad con vuestra familia, con vuestros amigos, como si fuese la primera vez y sentiréis que vuestra existencia se vuelve cada día mas rica y mas bella.

Omraam Mikhäel Aïvanhov, pensamientos cotidianos. Foto: jugando una partida de tabas bhutanesas, en el refugio de Jhangotang, Bhutan, 10 mayo 2010