El texto de hoy arranca con la buena voluntad, que es una gema en potencia.
Incidiremos estos días en su enorme fuerza curativa.
El que orienta la resolución de conflictos y problemas desde la buena voluntad hace un trabajo elevado y mágico, por pequeño que parezca.
Por dentro se produce una alquimia cuyo resultado es la paz interior, aunque el mundo siga en guerra y conflicto.
La práctica de la buena voluntad puede iniciarse desde la mirada.
Se nos pide ponernos a trabajar inmediatamente, olvidándonos de nuestro pequeño yo y de nuestros apegos.
Olvidarse de si mismo es curativo.
“Con buena voluntad hacia todos, con una firme creencia en las posibilidades divinas de los seres humanos y en la futura resurrección de la humanidad, con un excelso reconocimiento de Dios, con un reconocimiento de los valores fundamentales de la enseñanza de Cristo y con una gozosa determinación de llevar adelante el trabajo de reconstrucción, exhorto a todos a los que respondan a esta visión para que se pongan a trabajar inmediatamente”.
Del libro “Sirviendo a la humanidad”, de Alice A. Bailey, p.81 de la versión en español de Editorial Nous. Imagen: Bahía de Findhorn, Escocia, 16 abril 2015 (Javier León