Volvemos esta mañana al poder del pensamiento.

Buda nos habla de propagar un sentimiento de amor en todas las direcciones.


El pensamiento amoroso y benevolente tiene un efecto curativo para el que lo emite, y también para el mundo.

El mecanismo de nuestra mente es complejo, y con frecuencia la mente nos dirige, cuando somos nosotros la que debemos dirigirla.

El pensamiento amoroso nos obliga a alinear todas nuestras células en una dirección.

Nos ayuda así a alinear una estructura desestructurada, dispersa.

Es una medicina infalible, que primero fortalece nuestras defensas y luego se propala por el mundo.

La vida cotidiana nos da múltiples ocasiones para ponerla en funcionamiento y para hacer magia.

La práctica nos lleva, en verdad, a la libertad.

«Propaga tus sentimientos de amor en todas las direcciones»

Buda (c. 563-483 AC. Recogido en Sadhana, de Ramiro Calle (2014), Editorial Kairós. Imagen: Foncebadón nevado el 19 de enero de 2015 (El Trasgu de Foncebadón, Camino de Santiago)