Hoy celebramos el inicio de la primavera con un momento de recogimiento y agradecimiento, allá donde estemos, a las 20 horas. La pintura de Dora Gil nos sirve de pauta para ese recogimiento.
Nos dice Aïvanhov que “en primavera, la naturaleza resucita, recordándole al hombre que él también debe resucitar, quizá no tanto físicamente (lo que no es tan fácil), sino espiritualmente”.
Nos habla en el precioso texto adjunto de esperanza, de vida, de ese otro mundo al que los humanos estamos también destinados pero en el que no creemos.
Porque hoy es un día para empezar a vivir, para dejar a un lado la carga del pasado y para creer en el futuro.
Para construir un nuevo futuro aquél que quiera hacerlo, para recuperar los ideales, para maravillarse ante la Creación.
Si: aquí abajo hay guerras, engaños, violencia, decepción. Pero el que ilumine la chispa en su interior creará otra realidad, irá poco a poco llenando su ser de la eterna primavera.
Nos hablan de la gran Primavera: “Imaginadla muy bella, con sus colores, sus perfumes, sus formas, sus emanaciones… Probadlo y veréis…”
La gran Primavera
… ¿No os habéis dado cuenta de que la primavera se acerca, mis queridos hermanos y hermanas? Cuanto más pasa el tiempo, más se acerca… ¡Estoy orgulloso de saber eso! Diréis que no hay de que estar tan orgulloso. Sí, sí, porque, mirad a la gente en la calle: andan sin pensar que la primavera va a venir; por eso están tristes y desanimados. Hay que pensar que la primavera va a venir y que nos quitaremos todos los viejos abrigos… Aunque no tengamos dinero para pagar el gas, la electricidad, o el alquiler, ¿qué puede importar eso? ¡Tendremos la sonrisa en los labios!… Como si fuese tan sencillo, ¿verdad? Ya me gustaría también a mí que eso fuese cierto… pero, digamos que es cierto. Y, además, lo es…
La primavera, sí, ¿queréis que os diga lo que es la primavera, la gran Primavera?…Cuando pensáis que el Reino de Dios vendrá, que la Edad de Oro vendrá y que todos los hombres se amarán, eso es la primavera. Pensad que el Reino de Dios vendrá y sentiréis que algo ya está cambiando en vosotros. La mayoría de los hombres se paran en el estado actual de las cosas, y como por todas partes no ven más que desolación, están contaminados, y ahí les tenéis, tristes, desgraciados, desesperados. Pensad en la primavera y ya no estaréis más en este estado.
Así que, ¿veis?, cada año os hablo de la primavera que se acerca, de la primavera que va a venir, y no sabéis por qué lo hago. Es porque pienso en esta gran Primavera, el Reino de Dios… Las desgracias, los sufrimientos, las guerras, todo eso es pasajero. Los humanos se enfrentarán a las dificultades, estarán decepcionados, se quemarán, eso es probable… pero es algo pasajero. Todo es pasajero, y los hombres sólo se fijan en lo pasajero y nunca ven lo que hay más allá, la meta a alcanzar. Diréis: “Pero la primavera también es pasajera.” Sí, pero yo hablo de otra primavera, hablo de la eterna Primavera… Sólo que hay que ir más arriba para sentirla y para vivirla. Allí arriba, mucho más arriba, siempre está el Sol que brilla, están las flores que perfuman la atmósfera, los pájaros que cantan, las fuentes que brotan. Sí, mis queridos hermanos y hermanas, hay que ir muy arriba para vivir en la eterna primavera.
Son sólo unas palabras para deciros que la primavera llega, pero no esta primavera que se va nada más llegar. Porque, ¿lo habéis observado, verdad?, el invierno continúa en medio de la primavera, y, después, de repente, ya hace mucho calor, ya es verano. ¿Qué primavera hemos tenido entonces? Apenas unas jornadas, y no hemos conocido nada de la primavera. Pero yo pienso en otra primavera… ¡Ah!, ¡qué hermosa es! ¡Deseadla para verla y vivirla un día! Yo estoy absolutamente seguro de que vendrá. Ya sólo con pensar cada día en esta primavera, veréis cómo ya no os encontraréis en el mismo estado de desánimo, de niebla interior, de pesadez…
… Pensad en la primavera, en la gran Primavera que va a venir, porque pensando en ella trabajáis para que venga más pronto. Si millones de hombres pensasen en esta primavera, habrían comprendido lo que hay que hacer para realizarla. Sólo que es triste, es una lástima, no hay muchos que piensen en ello; por eso esta primavera está un poco retrasada. Pero, si os decidís ahora a pensar cada día en ella, veréis, todos los arrobamientos os visitarán, todas las inspiraciones, el entusiasmo, el éxtasis. Imaginadla muy bella, con sus colores, sus perfumes, sus formas, sus emanaciones… Probadlo y veréis…
Hoy no habéis aprendido nada, por descontado, pero lo más importante no es aprender, sino realizar, ponerse al trabajo. Pero esta necesidad de realizar es lo que más les falta a los humanos; les gustan las novedades, la diversidad, la variedad, siempre esperan ideas nuevas pero nunca aplican nada, alimentan solamente su intelecto y nunca su voluntad. Mientras que ahora lo que hay que hacer es realizar lo que se sabe, hay que realizarlo. Y no olvidéis jamás que los menores progresos que hagáis, el mundo entero los hace con vosotros. Si no conociese esta verdad, hace ya mucho tiempo que quizá yo también me habría dejado ir. Pero sabiendo que nuestro progreso es también el progreso del mundo entero, que todos estamos conectados, nunca debemos parar de hacer esfuerzos…
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86, Fragmentos del tomo 8 de las Obras completas: “Lenguaje simbólico, lenguaje de la naturaleza”, Editorial Prosveta. Imagen: Óleo de Dora Gil: “Amanecer” http://www.doragil.com