Los corazones del mundo están en zozobra.
Algunos sienten la alegría, porque conocen la Palabra.
La Palabra transforma, limpia, purifica. Nos recuerda nuestra conexión con el Universo.
En esa conexión está todo. Ahí está el néctar de todo.
Allá donde podamos, llevemos esa Palabra, con humildad. Aportar la Palabra es aportar alegría.
Recordemos la alegría de los niños puros.
¡Mi discípulo tres veces llamado!
A través de tu arte, lleva Mi Palabra, aportando alegría
a los corazones del mundo.
Cazador, camina victorioso.
Las hojas del Jardín de Morya, I, 48, 1924 Agni Yoga Societ. Foto: niña en Zway, Etiopía, Octubre 2009