«Conservad en vosotros la imagen de la cima como uno de los mejores símbolos de este ideal divino que os esforzáis en alcanzar. Incluso si permanece siempre inalcanzable para vosotros, lo esencial, es no perderlo de vista nunca.
Concentrándoos en la imagen de la cima, os veis obligados a proyectaros siempre hacia adelante, a superar cada vez grados más elevados, y sentiréis poco a poco cómo esta costumbre mental se refleja benéficamente en vuestra vida cotidiana. Cada vez que debáis resolver un problema, que tomar una decisión, que afrontar una dificultad, dominaréis mejor la situación, porque conseguiréis verla desde más lejos, desde más arriba. Y cuando debáis actuar, lo haréis cada vez con menor riesgo de error.»
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: anochecer en Antigüedad, Palencia, 19 julio 2016 (cortesía de Marga Lamoca)