«Buscad la belleza, amadla, porque ella será la que os salvará. Evidentemente, os estoy hablando de la belleza espiritual. Mediante la meditación y la contemplación, intentad sentir esta belleza, revestios con ella, impregnaos de ella, porque es ella la que os protegerá contra la belleza engañosa.

Ponedle a un niño vestidos nuevos, no necesita ser muy inteligente para sentir que no debe ir a jugar al río. Así pues, ¿qué lección extraer de este ejemplo? Si sois como aquél que, vestido con un mono de trabajo, chapotea en el barro, el estiércol o el alquitrán, no retrocederéis ante ninguna suciedad. Pero si un día lográis llegar hasta el mundo de la verdadera belleza, que es pura luz, y si vuestra aura está impregnada con esta luz, no tendréis ningún deseo de ir a zambulliros a cualquier lugar para manchar este magnífico vestido.»

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos. Editorial Prosveta. Imagen: Imagen: salida de Hontanas, Burgos (Camino de Santiago), 18 junio 2016