Hoy se nos dice que el alma tiene necesidad de pureza, de luz, de espacio… de unirse a Dios.

El alma tiene necesidades que nos transmite muy sutilmente pero permanecemos muchas vidas ignorándolas.

Los humanos sentimos insatisfacciones que intentamos acallar desde los sentidos. Pero desde los sentidos es imposible dar respuesta a los anhelos profundos.

Son dos polos que nos llaman: uno a gritos, otro muy calladamente. El primero se impone muchas veces.

El nuevo año siempre es propicio para decirnos: “es tiempo de escuchar al alma, para escuchar esa voz sutil”.

Significará que tendremos que decir que no a muchas cosas a las que hasta ahora hemos dicho que si.

Porque el alma tiene necesidad de pureza, de luz: y nos pide que traigamos esa pureza y esa luz aquí, a nuestra materia.

He ahí el trabajo para 2012: vivir la pureza, vivir la luz, para ser portadores de luz, como tan bellamente evoca el cuadro de Dora.

Los humanos tienen tendencia a dar respuestas físicas a las insatisfacciones que sienten. Actúan como si estas insatisfacciones viniesen de su cuerpo físico, y entonces, le dan de comer, de beber, de fumar, le pasean y le procuran todos los placeres. Pero el cuerpo físico, saciado, saturado, se sofoca y se queja: «Alto, me vas a matar, ¡y no te sentirás mejor atiborrándome así!» Pero el hombre no comprende el lenguaje de su cuerpo, y se obstina diciéndose que, si esta vez no logra encontrar lo que busca, quizá lo logre la próxima. Desgraciadamente, la próxima vez encuentra lo mismo: el vacío. Pero sigue intentándolo… En realidad, pocas cosas son necesarias para satisfacer al cuerpo físico; las reclamaciones vienen en nosotros del alma y del espíritu que no cesan de rogar, de suplicar: «Tengo necesidad de pureza, de luz, de espacio… Tengo necesidad de contemplar el sol… Tengo necesidad de unirme a Dios, de trabajar para el advenimiento de su Reino, para que la paz reine un día entre los humanos…» Estas son las voces que debemos distinguir en nosotros, y escuchar bien sus demandas para darles satisfacción.

Omraam Mikhäel Aïvanhov,  Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Óleo de Dora Gil: “Portadores de luz” http://www.doragil.com