Cada mañana es una nueva oportunidad para empezar, para cambiar, para reinventarse.

Es una oportunidad para decirse: vamos a estar en lo Alto.

Es una oportunidad para decirse: renunciemos a lo zafio, a lo burdo. No más peleas en el el barro.

Ya, en algún canto de algún pájaro, se anticipa la primavera si se está muy atento.

Es tiempo de renovación, de soltar lastre, para caminar más livianos por la tierra.

Para trabajar en lo más importante.

Ilustración: “Himalayas”, de Nicholas Roerich