Ahora mismo el planeta está atravesando una fase de militarización sin precedentes.

La lógica imperante es que en el mundo hay tres o cuatro grandes enemigos potenciales y hay que estar preparado para disuadir o para responder.

Las palabras del Dalai Lama parecen fuera de lugar para las mentes “lógicas” que dirigen el mundo.

Pero los ciudadanos de a pie también tenemos gran responsabilidad, porque cada cual anda con sus guerras particulares. Los hijos se matan por las herencias, los socios de las compañías se traicionan en luchas fraticidas, en los hogares también hay violencia.

Pero hay gente que vive en paz y que hace de la paz su instrumento. Gente radiante, como el sol. Muchos niños son así. También hay adultos.

Seamos parte de ese grupo selecto, de ese grupo revolucionario, de los que siguen a Jesús.

Seamos parte de la gente radiante que no conoce la traición ni el engaño.

En la Biblia hay un versículo maravilloso sobre la conversión de las espadas en rejas de arado. Es una imagen hermosa: un arma transformada en herramienta al servicio de las necesidades humanas básicas, una imagen simbólica de una actitud de desarme interior y exterior. Con el espíritu de ese mensaje bíblico, creo que es importante que hoy en día resaltemos el carácter de urgencia de una política que ha sido demorada largo tiempo: la desmilitarización del planeta entero.

El Dalai Lama. “Responsabilidad universal y ecología global”.