En las horas del alba llegan maravillosas comunicaciones.

Nos susurran dentro que todo es posible y que nada se pierde, ni siquiera el dolor de la humanidad.

Nos susurran que vivir con nobleza y virtud son los únicos caminos que llevan al gozo.

Y que el verbo amar requiere reinventarse para pasar de ser una palabra prostituida a una vivencia.

En el alba el Instructor está próximo, casi se le siente en el aire.

Llena el espacio con una energía profunda, y todas las heridas son restañadas.

Hay un halo de dulzura alrededor que se convierte en una certeza profunda.

En esas horas, por unos instantes, se atisba el “hágase en mi según Tu palabra”.

“Ama y crea y tendrás plena alegría”, nos dice hoy.

Foto: fiesta de fin de curso en la residencia de Anand Bhavan, Howrah, West Bengal, India, 24 abril 2010