Se nos habla hoy de considerar a los demás con un sentimiento sagrado, que además podemos extender a toda la Creación.

Sin embargo, los seres humanos hemos hecho de la vida una sucesión de encontronazos donde nos insultamos, herimos y matamos de continuo.

Cuando uno intenta mirar al otro en su alma, y desde la profundidad de su alma, todo cambia, sin embargo.

Se entiende entonces perfectamente ese sentimiento sagrado, al ver en el otro un receptáculo de la Divinidad.

La Divinidad puede estar latente o apagada, pero está ahí en potencia, esperando algún día despertar.

Los verdaderos líderes son aquellos que saben despertar la Divinidad interior de aquel que la tiene apagada.

He ahí un trabajo para el mejor psicólogo: activar el alma del otro. Es un trabajo mágico pues es otorgar la vida.

Cuando este sentimiento sagrado empieza a asentarse en nuestro interior, desaparecen el insulto, la agresión, incluso la competencia.

Y entonces podemos empezar a liberarnos de la ilusión de la separación, que nos encadena al sufrimiento.

Aprended a considerar a los hombres y a las mujeres con un sentimiento sagrado, y detrás de sus vestidos, detrás de la forma de su cuerpo o de su cara, descubriréis su alma y su espíritu, ya que son hijos de Dios. Si sabéis deteneros en su alma y en su espíritu, todas las criaturas que habéis descuidado, abandonado y despreciado se os mostrarán extraordinariamente preciosas. El propio Cielo que las ha enviado a la Tierra con esos disfraces las considera tesoros, receptáculos de la Divinidad. Así pues, en las personas no debéis considerar tan sólo la apariencia física, la situación, la instrucción, sino el alma y el espíritu: de otro modo nunca conoceréis lo esencial: os debéis decir a vosotros mismos que incluso los que se pasean aquí como mendigos o vagabundos son, en realidad, a los ojos de Dios que los ha creado príncipes y princesas.

Omraam Mikhäel Aïvanhov,  Reglas de oro para la vida cotidiana, p114 Colección Izvor, Editorial Prosveta Española. Imagen: muchacho en Mount Abu, Rajastán, India, noviembre 2008