Acierta Aïvanhov cuando refiere que nuestra forma de vida nos dificulta (cuando no impide) tomar contacto con los mundos sutiles.
La llamada hacia afuera es poderosa, y requiere nuestra atención permanente en forma de anuncios, experiencias, griterío.
Olvidamos que el ejercicio inverso, el proceso desde fuera hacia adentro, puede llenarnos de fuerza y de propósito.
Olvidamos por entero la fuerza del triángulo mágico de entrar en nuestro interior para contactar nuestro Ser, subir arriba para contactar con el Uno y salir de nuevo afuera para vivir el día desde el mayor alineamiento con el alma.
Es en las regiones sutiles, nuestra alma y nuestro espíritu pueden respirar y alimentarse, se nos dice.
A pesar del ruido, hay espacio para buscar el templo interior, para construirlo, para ver lo sagrado aquí y ahora.
Para buscar la plenitud de la que se nos habla.
«A los pobres humanos se les bombardea continuamente con publicidad sobre casas, coches, aparatos domésticos, alimentos, vestidos y toda clase de productos, para persuadirles de que realmente los necesitan. Se diría que quieren impedirles tomar contacto con el mundo espiritual en donde encontrarían la luz, el amor y la paz, que necesitan todavía más. Se ignora tanto al mundo espiritual, se le desdeña tanto que raros son los seres capaces de sentir que es allí donde deben buscar los elementos necesarios para su supervivencia. La mayoría se están muriendo ahogados, intoxicados, asfixiados.
Hay que dejar de hacerse ilusiones. Aunque el progreso material les facilita la vida, no aportará la felicidad a los humanos, e incluso puede conducirles a su perdición. Sólo encontrarán la salvación si se esfuerzan por entrar en contacto con el mundo de la luz, donde su alma y su espíritu pueden por fin respirar y alimentarse. Cuando meditamos, cuando rezamos, no tocamos nada que sea material; en apariencia, todo eso está vacío, pero es en este «vacío» donde nuestra alma y nuestro espíritu se realizan y encuentran la plenitud. «
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86) , Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Camino de Santiago, dessde Oliveiroa hacia Finisterre, 10 de junio de 2015