Se nos habla hoy de la influencia del pensamiento en nosotros.

La calidad del pensamiento no solo afecta a nuestro mundo interno, sino también al externo.

Los pensamientos groseros nos envilecen, y pronto, nos dice Aïvanhov, nuestra expresión, nuestra mirada, nuestra voz y nuestros gestos reflejarán ese envilecimiento.

Hay ejemplos por doquier y cada uno de nosotros podemos experimentarlo en nosotros mismos.

Los pensamientos elevados tienen el efecto contrario y son uno de los instrumentos para ir construyendo muy lentamente el Cuerpo de Gloria.

La analogía del pensamiento que nos ofrecen de hoy es muy bella: las corrientes divinas que atraviesan al hombre pueden obrar en nosotros.

Cuando nos armonizamos con ese mundo, nos ordenamos, nos purificamos, nos estructuramos.

En función de nuestro pensamiento estaremos en el mundo de las vibraciones groseras o en de las sutiles.

La elección es nuestra, a cada instante.

En un solo día, ¡cuántos pensamientos y sentimientos diversos puede albergar un ser humano! Por esto en sus vibraciones y sus emanaciones no siempre es el mismo. Pero estos cambios la mayoría de las veces son imperceptibles, se necesitan muchos años para darse cuenta que su rostro, el color de su piel, su figura o la materia misma de su cuerpo se han modificado.

Aquél que se abandona a una vida desordenada, que alberga pensamientos y sentimientos groseros, está envileciendo todo su ser, y pronto su expresión, su mirada, su voz y sus gestos, terminarán reflejando este envilecimiento. Pero si se esfuerza en armonizarse con el mundo divino, en respetar sus leyes, poco a poco algo se restablecerá en él, se iluminará, se purificará. Como el agua de una corriente subterránea transforma las rocas y los guijarros por las que corre, las corrientes divinas que atraviesan al hombre impregnan de luz las partículas de su cuerpo, y comienzan a operar en él una verdadera metamorfosis.

Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86). “Pensamientos cotidianos”, Editorial Prosveta. Imagen: expedición Mamostong Kangri, India (11 agosto 2011) (foto de Jonás Cruces  <http://www.todovertical.com/>