«El ser humano viene a la tierra para trabajar sobre la materia: tanto sobre su materia física, como también, y sobre todo, su materia psíquica. Esta idea no debe nunca abandonar a quien aspira vivir la vida espiritual. A cada obstáculo, a cada prueba que encuentra, en lugar de quejarse y desanimarse, debe procurar movilizar todas las facultades que ha recibido del Creador, con el fin de dar cada vez un paso más en el camino de la luz.
Vivir la vida espiritual es una preocupación de cada instante. Nunca debemos sentirnos satisfechos de lo que somos, sino poner a trabajar nuestro intelecto, nuestro corazón y nuestra voluntad para eliminar lo que permanece todavía oscuro, desarmonioso en nosotros, y atraer las partículas más puras. Es así que, poco a poco, todo nuestro ser vibra de manera diferente, nuestra estructura etérica se modifica, se nos dan nuevas posibilidades y las alegrías más sutiles vienen a visitarnos.”
Omraam Mikhaël Aïvanhov (1900-86), Pensamientos cotidianos, Editorial Prosveta. Imagen: Embalse de Valdecañas, a la altura de Valdehúncar, Cáceres, 21 octubre 2015