El pensamiento de hoy nos habla de las prioridades en la vida.
Con mucha frecuencia vamos posponiendo lo importante, lo esencial, a cumplir esto o aquello.
La tradición oriental habla del sannyasin, aquel que ya ha cumplido los 50 años y puede dedicar más tiempo a la búsqueda interior.
Pero también antes de esa edad podemos disminuir el ruido externo para escuchar la voz interna.
El anclaje con el interior nos da la posibilidad de salir del maya o ilusión y empezar a comprender.
Pero nos resistimos a ese anclaje, a ese encuentro esencial, y permanecemos distraídos, y la vida sigue escurriéndose.
Es fácil distraerse con todo lo que acontece, pero ante nosotros tenemos dos sendas: la de la ignorancia y la de la sabiduría.
El camino de la sabiduría es muy largo y cuanto antes empecemos a hollarlo, mejor.
Y en ese camino, de hermosos encuentros cotidianos, el aire es más dulce y las miradas son más profundas.
La mayoría de la gente vive en el convencimiento de que, antes de vivir la vida espiritual, deben resolver las cuestiones materiales. Se dicen: «Es preciso que antes tenga una profesión, después me casaré, tendré que educar unos hijos, todo esto me ocupará varios años. Pero después estaré libre para la vida espiritual.» No se dan cuenta que esta manera de pensar es una trampa hábilmente tendida por su naturaleza inferior que quiere mantenerles el mayor tiempo posible alejados de la única cosa que puede verdaderamente ayudarles.
Si esperáis haber resuelto todos vuestros asuntos para vivir la vida espiritual, no haréis nada. Porque los asuntos materiales nunca se solucionan; constantemente se producen imprevistos que deben ser resueltos. Es necesario pues entrar en la vida espiritual, cualquiera que sea el estado de los asuntos materiales. ¿Por qué? Porque concediendo el primer lugar a la vida espiritual, se trabaja con el mundo de las causas y así se preparan las mejores condiciones para que el aspecto material, a su vez, se vea poco a poco influenciado favorablemente.
Omraam Mikhäel Aïvanhov, Pensamientos cotidianos. Editorial Prosveta Española. Imagen: dispensario de Pilkhana, Howrah, Calcuta, 18 diciembre 2007