«Cualesquiera que sean las condiciones exteriores, en nuestro mundo interior, el mundo del pensamiento, siempre podemos sentirnos libres. Es sólo cuando queremos manifestarnos en el plano físico que dependemos de las condiciones y estamos limitados. Incluso el más poderoso de los seres está limitado en la acción.

Nunca llegaremos a realizar todo lo que deseamos, pero no debemos afligirnos por ello porque nada nos impide vivir interiormente una vida rica, bella, vasta y útil para todas las criaturas. Nuestros sentimientos y nuestros pensamientos van muy lejos en el espacio, y gracias a ellos tenemos el poder de entrar en contacto con el universo entero, mientras que nuestros actos sólo alcanzan a algunas personas. Pero si aprendemos a concentrarnos en nuestro mundo interior, si tratamos de fortalecer en nosotros el amor y la fe, con el tiempo tendremos cada vez más influencia también sobre el mundo exterior.»

Omraam Mikhäel Aïvanhov (1900-86). Pensamientos cotidianos. Editorial Prosveta. Imagen: Imagen: entre Hontanas y San Antón, Burgos (Camino de Santiago), 18 junio 2016