«Haced esta experiencia: durante una semana al menos, esforzaos por comportaros, en cualquier ocasión, con autodominio, sabiduría, bondad, generosidad. Después de estos días, constataréis que podéis afrontar más fácilmente las situaciones difíciles que se os presentan: os sentís reforzados, como si hubieseis recibido energías, como si una materia se hubiese elaborado en vosotros, un fluido sutil que alimenta las células de vuestro sistema nervioso.

En cuanto hacéis un esfuerzo para mejorar vuestro comportamiento, toda una estructura se está edificando y consolidando en vosotros. Os asombráis incluso. Os preguntáis cómo es posible que lleguéis a soportar sin rechistar unos inconvenientes que antes os irritaban, os angustiaban y os agotaban nerviosamente. Y aunque en algún momento os sintáis cansados, inquietos o desanimados, todo eso no dura: tras una oración, unos instantes de recogimiento, muy pronto esta energía se pone de nuevo a trabajar en vosotros para que todo se restablezca.»

Omraam Mikhäel Aïvanhov,  “Pensamientos cotidianos”, Editorial Prosveta. Imagen: cielos en Cuenca, Ecuador, mayo 2014, cortesía de Marthita Merchán